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Computación evolutiva

Publicado en: @rroba n

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II Encuentro de buceo en Santander

galería. Llegamos el sábado a las diez de la noche más o menos, y llamamos a los chicos de la tienda de Godofredo para que nos indicasen un poco cómo llegar al camping y dónde se salía de marcha en Santander (no sé si fue en este orden). Después de unas cuantas vueltas, las indicaciones de un conductor de bus urbano muy amable y el mini-mapa de Cris, conseguimos llegar al camping. Montamos las tiendas a toda velocidad (así quedaron) y nos fuimos a buscar sitios de tapeo para cenar y tomar algo. Lo que vimos de Santander nos encantó, tiene edificios preciosos y está muy de cara al mar, lo que le da unas vistas preciosas. La zona de marcha está muy bien y nos gustó especialmente un edificio reformado con bares dentro. Es como una nave industrial pequeña y antigua, cuyo interior está reformado y lleno de bares, con lo que puedes salir de marcha aunque llueva y haga frío fuera. Además, para los vecinos debe ser estupendo, ya que se libran un poco de los ruidos, a ver si algún alcalde va tomando nota… A pesar de todo, el cansancio pasó factura y dejamos la juerga pronto, así que a las dos y pico ya estábamos soportando los ronquidos de los vecinos de la parcelita de al lado. A la mañana siguiente salimos disparados para el puerto pesquero, y casi que llegamos por los pelos. Lo malo fue que nos metieron en el grupo 10: el último para bucear. Organizar una cosa así tiene que ser complicado, pero la impresión general fue bastante satisfactoria, aunque esperamos que con la experiencia se vayan mejorando cosas (la última inmersión fue con diferencia la peor de todas). La gente es muy maja y pasamos un día muy agradable con los juegos acuáticos y charlando con el resto de buceadores. Augusto se encontró con Manu, un chico vasco que sólo conocía por medio del foro de BMW, y yo conocí a Magallanes, un paisano de Verín que lleva 15 años en Valladolid y a su compañero Tico. Por lo visto mi padre le dio clase a Magallanes, el mundo es un pañuelo… En la galería tenéis fotos y en la web de MouroDivers una reseña del encuentro. A ver si volvemos el año que viene… ]]>

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Inmersión en el pecio «Aries»

Hydronauta: El «Aries», un carguero de 47 metros de eslora y 392 toneladas de registro bruto, fue construido en 1946 en Santander y reconstruido en 1974 en los astilleros coruñeses «José Valiña Lavandeira». En sus últimos años de servicio perteneció a la compañía «Exmar» con puerto base en A Coruña, y realizaba una línea entre varios puertos de Galicia y Marruecos transportando madera en sus viajes de ida y carga de diversa índole al regreso. Volvía de Casablanca en su último viaje, e hizo escala en el puerto de Garrucha (Almería) para cargar 500 toneladas de mármol triturado con destino al puerto de A Pobra do Caramiñal. Su tripulación la componían 7 marineros de Laxe, Corme y Camelle, con edades comprendidas entre los 17 y los 58 años, y un perro llamado «Johnson». En la madrugada del 7 de diciembre de 1977, el «Aries» alcanzó la entrada de la ría de Arousa en condiciones metereológicas adversas, que habían obligado a amarrar a la flota pesquera de Ribeira. Según se supo más tarde, surgió algún problema con el timón del barco que dificultó su maniobra. Esto, sumado a la escasa visibilidad y al mal estado de la mar, propició que, sobre las 6 de la madrugada, el mercante se dirigiera sin control hacia «As Lobeiras» colisionando de forma inevitable con ellas. Antes del hundimiento, que se produjo en pocos minutos, la tripulación pudo señalizar su posición con bengalas y arriar una balsa salvavidas. Una media hora después de la colisión, el pesquero de Ribeira «San Ramón» alcanzaba la zona del naufragio y procedía a rescatar a los náufragos. Por fortuna no se registraron pérdidas humanas, salvándose incluso la mascota. Los periódicos gallegos de la época se hicieron eco de la noticia. Actualmente el «Aries» descansa sobre un fondo de arena en las proximidades de la Isla de Rúa (42º33.773´N 8º56.836´W), a una profundidad máxima de 21 metros, en un estado aceptable de conservación. Es el pecio más accesible, visitado y conocido de la ría de Arousa y se halla colonizado por abundante fauna sésil sirviendo de refugio a múltiples especies animales. Distancia: 2 millas Nivel: OPEN WATER DIVER Descendimos por el cabo del ancla acercándonos por la popa, la visibilidad era regular (yo esperaba ver el barco al ir bajando, pero sólo distinguíamos una parte), aunque hay que tener en cuenta que tengo muy poca experiencia y mi opinión no debe ser muy precisa. Me remito a los datos del divelog: 21 metros de profundidad, 15º de temperatura, superficie calma, resaca nula, sin corrientes y con un sol estupendo. Estuvimos 44 minutos (bajamos a las 16:10 y volvimos a las 16:54), y vimos vieiras, anémonas de esas que escuecen (ya nos advirtieron antes de bajar que tuviésemos cuidado), fanecas, un buen ejemplar de centollo y unas estrellas de mar enormes. Aldrey me obsequió con una pequeña baldosilla con forma hexagonal del suelo del Aries, me sorprendió que pudiesen cogerse, pero la verdad es que había tantas que cuando se terminen igual ya ni se puede visitar el barco. ]]>